No es un secreto que el estudiantado universitario de todo el mundo tiene pocas competencias para hablar en público.
España no se libra de este problema. El 77,5% de los estudiantes afirman no haber recibido ningún tipo de formación en comunicación oral. Paradójicamente, los estudiantes consideran esta habilidad como imprescindible para su educación y futuro profesional (Rodero, 2024).
Recientemente se ha desarrollado una encuesta nacional para medir la formación en comunicación que reciben los estudiantes españoles. Esta encuesta ayuda a identificar problemas, retos y soluciones para mejorar esta competencia.
La encuesta aflora varios datos interesantes como:
- Los (pocos) estudiantes que han recibido algún tipo de formación lo suelen hacer en el instituto.
- Los estudiantes de ciencias puras son los que menos formación reciben en oratoria, al contrario que los de ciencias sociales.
- La falta de formación acarrea problemas como quedarse bloqueado a mitad de la presentación.
- El 93% de los estudiantes desearían recibir formación para hablar en público durante su etapa educativa.
El problema está claro: apenas se imparte formación especifica en oratoria. Y bueno… realmente la solución también: impartir más formación. Y dotar de recursos en comunicación oral al alumnado.
La importancia de la formación para hablar en público
La habilidad de comunicar una idea es una competencia transversal. Es decir, te sirve en diferentes aspectos de tu vida. La versatilidad de la oratoria debería ser razón suficiente para cultivarla.
Estudiantes que han recibido formación en oratoria según su área de estudio
Sin embargo, nuestro sistema educativo tiende a olvidar la habilidad de hablar en público. Esto no es nuevo, la escritura siempre ha recibido más atención que la oratoria (Hernández Guerrero & García Tejera, 1994).
Pero resulta curioso que la habilidad de comunicar sea una de las competencias más demandadas por las empresas (Lippman et al., 2015); se perciba como útil y necesaria por el alumnado; y sin embargo se le preste tan poca atención durante la educación.
6 horas. Ese es el tiempo medio dedicado a aprender a hablar en público desde el colegio a la universidad. Y esto considerando solo los estudiantes que han recibido algún tipo de formación…
Contenido que incluyen las formaciones en comunicación oral
Problemas de no recibir formación para hablar en público
Según los datos, esta falta de formación lleva al alumnado a varios problemas, entre los que destacan:
1. Quedarse en blanco durante la presentación
Empecemos por el problema más típico: el pantallazo azul.
El 75% de los estudiantes se han quedado en blanco durante una presentación. ¿Te resulta familiar? Es una escena dura de vivir (pero también de ver).
Esta situación no solo afecta su rendimiento académico o profesional, sino que también puede minar tu confianza y hacer que la próxima vez que te subas a un escenario, tu estrés aumente.
2. Pasar vergüenza al hablar en público
Más de la mitad (52%) de los estudiantes han pasado por situaciones complicadas o vergonzosas al hablar en público. Igual que antes, estos momentos pueden generar un miedo persistente a futuras presentaciones.
Por cierto… nunca está de más un pequeño chiste para estos momentos. ¡El público quiere que tu presentación funcione tanto como tú! El humor puede ser una herramienta poderosa para aliviar la tensión en momentos incómodos.
3. Problemas con la voz
El 19% de los encuestados se han quedado afónicos durante una presentación. Este problema físico puede ser un indicativo de la tensión y el estrés asociados con la falta de preparación.
Tenemos que proyectar la voz, sí. Pero no se trata de gritar.
Principales retos al subirse a un escenario
Los propios encuestados señalan los siguientes retos como principales al hacer una exposición:
1. Nervios y ansiedad: La gestión del estrés es el reto más importante al que se enfrentan los estudiantes. Este miedo puede paralizar y dificultar la capacidad de comunicarse eficazmente.
2. Velocidad del discurso: Tiene sentido. Si sientes nervios, lo que queremos es acabar lo antes posible. Esto te puede llevar a correr (y por el camino hace imposible que el público te siga).
3. Olvidar el contenido: El miedo a olvidar lo que se quiere decir es otro reto común. Ensayar el discurso e interiorizarlo es una buena forma de curarse en salud.
4. Preguntas del público: Una de las partes que menos podemos controlar, las preguntas y respuestas.
5. Improvisar: Saber improvisar es crucial en muchas situaciones. Y sí, el arte de improvisar también se ensaya.
Otros retos importantes
- Explicarse con claridad
- Gesticular adecuadamente y adoptar una buena postura corporal
- Mostrar empatía y sonreír al público
- Estructurar bien la información
- Diseñar buenas diapositivas
- Tener una buena apariencia
La solución: ofrecer más formación y oportunidades de aprendizaje
A hablar se aprende hablando. Así de fácil. Facilitar espacios seguros donde se pueda exponer y mejorar es la solución más obvia.
Ahora bien, para dotar al alumnado del conocimiento y herramientas adecuados, es necesario facilitar formaciones.
Uno de los datos del estudio impactantes es que solo el 15% de los docentes que imparten cursos para hablar en público están especializados en la materia.
Vista la situación, solo se puede agradecer a todos los centros que se preocupan por las competencias transversales de sus estudiantes y ofrecen formaciones y recursos para que puedan desarrollarse como futuros profesionales.
Bibliografía
Hernández Guerrero, J. A., & García Tejera, M. d. (1994). Historia breve de la retórica. Síntesis.
Lippman, L. H., Ryberg, R., Carney, R., & Moore, K. A. (2015). Workforce connections, key “soft skills” that foster youth workforce success: Toward a consensus across fields. Child Trends Publication.
Rodero, E. (2024). La formación en comunicación oral sigue siendo una asignatura pendiente entre los estudiantes universitarios. El Observatorio Social – Fundación “la Caixa”. Disponible en https://elobservatoriosocial.fundacionlacaixa.org/es/-/training-in-oral-communication
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